Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar

Con su trabajo periodístico en La W y Caracol Radio,‘Entrevistas sobre perdón y reconciliación’, Claudia Palacios se anticipó a uno de los capítulos más difíciles en cualquier proceso de negociación de paz: el de las víctimas, y las puso en el centro del escenario, así como la posibilidad del perdón y la reconciliación. A través de entrevistas con víctimas y victimarios protagonistas del conflicto colombiano, así como de otros conflictos en el mundo, entre ellos, familiares de los pasajeros del avión de Avianca derribado por Pablo Escobar, del asesinado periodista Pedro Joaquín Chamorro en Nicaragua, o del militante del Ejército Republicano Irlandés que mató inocentes con sus bombas, Palacios les dio sentido de realismo a expresiones que se han vuelto lugar común, como aquella de que el prerrequisito del perdón es “la verdad, la justicia y la reparación”.

A pesar de lo mucho que se ha dicho sobre el Holocausto, esta entrevista a Marx Kirschberg, de 89 años de edad, sobreviviente de un campo de concentración Nazi, y quien vino a vivir a Colombia después de la guerra, es un testimonio no solo sorprendente por la manera como Kirscheberg cuenta los horrores que le tocó vivir durante cuatro años en Auschwitz, sino por la sabiduría, la distancia y el sentimiento de perdón que tiene para contar lo que le ocurrió.

El primer mérito de esta entrevista fue haber dado con el paradero del periodista Fabio Castillo, cosa que desvelaba en los años ochenta a Pablo Escobar y a los barones de la droga, que también lo querían “conocer”. Son otros tiempos, pero como Fabio sabe la mafia no perdona, he ahí la importancia de esta pieza.

La periodista María Isabel Naranjo, deja que el protagonista rememore de manera un poco nostálgica aquellos aciagos momentos que le tocó vivir y sobrevivir ante el embate del narcotráfico en la vida colombiana. Se trata de un valiente relato acerca de la denuncia y el desenmascaramiento de estas estructuras a través del periodismo, el cual resulta ser un arma desigual, pero incomoda. Sus preguntas son discretas y humanas, lo cual hace que la historia y su protagonista discurran con fluidez. De aleccionadora podría calificarse esta entrevista, máxime hoy en día que muchos periodistas no ven más allá de la pantalla de su Smartphone.