Reportaje

Radio

Desminado humanitario: una bendición a ciegas

Desminado humanitario: una bendición a ciegas

Carolina Bustamante

Radio Nacional de Colombia

Con valentía, la periodista sigue las pisadas de miembros de la Brigada de Desminado Humanitario del Ejército Nacional en un corregimiento de La Montañita, Caquetá, uno de los departamentos más afectados por estas armas que sembraron principalmente las Farc. El reportaje recoge voces de los jóvenes desminadores, de las víctimas y campesinos que empezaron a retornar confiados en que después de un año ya quedaban limpias sus fincas, así como de la Pastoral Social. La narración sobria y limpia se destaca por el sonido ambiente del campo, sobre todo del detector de metales que transmite la máxima tensión durante esos contados minutos que dura el proceso de desminado.

Televisión

Esta tierra es mía

Esta tierra es mía

Miguel Mendoza y Tadeo Martínez

Telecaribe

Valiéndose de diversos recursos narrativos, y un eficaz uso emocional de la música y la voz en off de la protagonista en momentos clave del relato, Tadeo Martínez sigue el rastro de una maestra desplazada por los paramilitares y que logra regresar a su tierra, Camarón, un caserío en María la Baja, municipio de la región de los Montes de María, Bolívar. El periodista aprovecha esta historia particular de la maestra y de quienes la conocen para mostrar la manera como miles de campesinos de las zonas de conflicto han logrado sobrevivir y sobreponerse al horror y, con una dignidad conmovedora, reconstruir sus vidas.

Prensa

El poder bajo la tierra

El poder bajo la tierra

Juan Miguel Álvarez

Revista VICE

Con una prosa cuidada y envolvente, Juan Miguel Álvarez sumerge al lector en el mundo de las bandas armadas de Medellín, una ciudad reconocida por sus logros en educación, emprendimiento e inclusión. En su relato, Álvarez muestra cómo se agrupan y se financian las bandas, quiénes las lideran y qué buscan. Se trata de un muy detallado viaje por el pasado y el presente del mundo del hampa en las comunas más pobres de la ciudad, en donde el Estado no hace presencia, los líderes comunitarios caminan por una cuerda floja y todavía se impone la ley del más fuerte.