Hacer periodismo de calidad en tiempos tan difíciles exige determinación y sacrificio
extraordinarios. Se trata de trabajar a contracorriente, un propósito central del medio de
comunicación independiente Vorágine, que en los últimos doce meses ha demostrado
consistentemente su capacidad de revelar y servir al público colombiano.
A la cabeza de este esfuerzo se encuentra José Guarnizo, un periodista que tiene la
capacidad de irrumpir en la conversación pública con videos editoriales agudos que
educan, contextualizan y exponen ángulos críticos e informados que desafían la
indolencia y las mentiras del poder.
Con valentía, determinación y persistencia, Guarnizo se ha propuesto “cubrir el conflicto
para intentar entenderlo”. Esa misión lo ha llevado a proponer una agenda centrada en
desentrañar la relación entre poder, corrupción y violencia, basándose en reportería de
alto rigor y formatos cuidados y sensibles con las lógicas de consumo informativo
contemporáneo.
Este compromiso, desarrollado a lo largo de un año muy difícil para la financiación del
periodismo independiente, también le ha implicado enfrentar el asedio de los violentos.
En febrero, uno de sus periodistas fue amenazado de muerte por sus investigaciones
sobre las relaciones entre empresarios, paramilitares y narcotraficantes. Guarnizo salió
en defensa de su reportero, y en un reflexivo editorial nos exhortó a no acostumbrarnos
al silencio que quieren imponer los violentos.
En el periodismo el liderazgo importa, y Guarnizo ha demostrado que sabe cómo
hacerlo. Es un reportero que lidera con el ejemplo, se arremanga y se entrega al trabajo
de campo, garantizando con dedicación la calidad de lo que escribe, edita y dirige.
Además, sabe cuidar los principios de su medio, que se niega a recibir recursos del
Estado y que en cinco años se ha convertido en un referente nacional del periodismo
independiente, con numerosos premios y una línea editorial comprometida con
denunciar incansablemente la violación a los derechos humanos y el abuso descarado
de poder.